Quien tiene un amigo tiene un tesoro…

amistad

Tras un tiempo de descanso en el que me he concentrado en finalizar las correcciones definitivas de mi segunda novela, hoy retomo mi blog con ilusión renovada.
La vuelta de vacaciones ha sido densa en cuanto a noticias se refiere. Así que, mientras hojeaba el periódico esta mañana sin mucha convicción, he descubierto un reportaje que me ha suscitado una sonrisa y que, solo por eso, ha pasado a ser merecedor de este pequeño rincón perdido en la red.
El titular rezaba así: «Dime con quién vas y te diré que genomas tienes», alteración del famoso refrán , de origen tan antiguo, que lo encontramos entre los párrafos del Quijote de Cervantes.
El reportaje detallaba un estudio realizado en la Universidad de California en el que se descubría que ,si analizamos el genoma completo, encontramos que en promedio, somos genéticamente parecidos a nuestros amigos.
El profesor de genética médica y ciencias políticas en la Universidad de California en San Diego. añadía: «Tenemos más ADN en común con las personas que elegimos como nuestros amigos, que con extraños en la misma población».
Parece ser que compartimos con nuestros amigos un 1% de nuestros genes. Lo que no parece gran cosa en un primer momento, hasta que te aseguran que sería el equivalente a la coincidencia con un primo de cuarto grado o personas que comparten tátara-tatarabuelos.
Es decir, ya puedo decir aquello de «mis amigos son como mi propia familia» con toda legitimidad.
Cuando eres adolescente crees que todo aquel con el que te ríes mas de cuatro veces seguidas se convierte en amigo inseparable y, a medida que te vas haciendo adulto, ves como muchos de ellos se van quedando por el camino. Pero es cierto que siempre existe alguno con el que la amistad resiste tiempo y marea, malentendidos, distanciamientos y hasta modus vivendis antagónicos…Así que supongo que ese1% de nuestros genes es el quid de la cuestión. La respuesta a que nuestra amistad haya superado cualquier inconveniente y haya traspasado décadas sin inmutarse.
Por otro lado, parece que también nos da la explicación a que coincidamos con ellos en gustos y aficiones, pues estamos más inclinados a interactuar y fomentar amistades con personas que son genéticamente parecidas a nosotros.
Y por si fuera poco, nuestros sistemas inmunológicos se complementan , protegiéndonos unos a otros.
Tan solo queda descubrir si nuestros amigos virtuales en las redes sociales, mucho mas numerosos y variados que los reales, también tienen una explicación científica tan sorprendente, pero ese será otro estudio mucho mas complejo…
Ya lo decía Benjamin Franklin: «Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano»
Y aquí os dejo una nueva Historia Cotidiana relacionada con la amistad , pero esta vez no desde el punto de vista científico, sino desde el corazón, que es el que, digan lo que digan, siempre manda/


4 respuestas a “Quien tiene un amigo tiene un tesoro…

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